Así es la artesanía típica de Canarias
Canarias es una tierra de artesanía. De mujeres y hombres que con sus propias manos, escasos recursos y mucha imaginación han elaborado utensilios, prendas, instrumentos o accesorios que son auténticas piezas de arte. Elementos que se siguen conservando y que son historia viva de las islas.
Un poco de historia
A partir del siglo XV, con el asentamiento de culturas europeas en Canarias se configura la denominada artesanía típica canaria.
Sin embargo, el oficio de los artesanos es en realidad una práctica heredada de los guanches. Los aborígenes canarios ya utilizaban la arcilla y el barro para elaborar pintaderas, se dice que con el objetivo de emplearlas a modo de sello o tatuaje para identificar a las personas o familias o señalar la propiedad de algo. Vivían en construcciones sencillas hechas a mano con piedras; vestían ‘tamarcos’, que son capas que elaboraban con piel de oveja o cabra; en la agricultura utilizaban azadas y rastrillos con largos mangos de madera extraída de los cuernos de los animales a modo de aperos y en cuanto a utensilios, utilizaban todo lo que les ofrecía la naturaleza para diseñar lanzas, garrotes, mazas y escudos.
Nuestros antepasados han configurado una parte de la actual historia y es que en Canarias la artesanía tiene cada vez más importancia. Materiales, textura y colores son los principales elementos que definen el trabajo que elaboran los artesanos de las islas para crear piezas únicas y exclusivas.
Artesanía en Gran Canaria
En Gran Canaria, la popularidad recae en la albardería. Esta profesión consistía en elaborar los aperos para que los burros o animales de carga transportaran mercancías y personas.
Los artesanos usaban un saco o arpillera e introducían en su interior paja aplastada. Luego, cosían los extremos con hilo de cáñamo untado con cera de abeja para su fácil deslizamiento. También producían arreos, arneses y sillas de montar. En la actualidad esta práctica se encuentra casi desaparecida, pero sus orígenes se localizan en los municipios grancanarios de Teror, Telde e Ingenio.
Otra joya de la artesanía grancanaria es la loza o alfarería, que es la fabricación de piezas de cerámica generalmente para uso doméstico.
Cualquiera que viva en el archipiélago ha escuchado alguna vez hablar del que se conoce como el oficio artesano más antiguo de la historia. Algunos centros loceros que continúan con su actividad en Canarias son el Centro Locero La Atalaya, en Santa Brígida, y el Centro Locero de Lugarejos, en Artenara.
En estos lugares se fabrican los productos como antaño, sin torno, ni máquinas. Las artesanas usan sus manos y algún canto o caña seca como única herramienta para confeccionar objetos a partir de la arcilla. Luego los colocan en un horno comunal o privado para su cocción. Así era como conseguían bernegales, jarras para gofio, braseros, tinajas para frutos secos, tostadores para el grano, etc.
Artesanía en Tenerife
Una de las artes más populares en Tenerife era la cestería, popular en el mundo rural.
Se trata de un arte basado en el tejido de fibra vegetal. Existen diferentes tipos: la cestería de paja, frecuente en las zonas de La Guancha y Buenavista; la cestería de vera, típica de La Orotava y Los Realejos; la cestería de caña y mimbre, propia de Icod de los Vinos y San Andrés y por último, la cestería de pírgano, es decir, la que se hace a partir de la hoja de las palmeras y por tanto, depende de la disponibilidad de palmerales.
Actualmente, existen talleres escuela que promueven el oficio de formar cestas, cestos y sombreros, entre otras formas creativas. Asimismo, en lugares como El Tanque se transmite la historia y cultura artesana del norte de Tenerife, a través del Ecomuseo del lugar.
El calado es otro de los grandes oficios con mayor arraigo y tradición en Tenerife, aunque se dice que tiene origen en la frontera entre Portugal, Andalucía y Extremadura.
Consiste en el deshilado de textiles para obtener tramas de dibujos variables utilizadas como manteles, sábanas, toallas, delantales, etc. Las caladoras canarias recibían la materia prima de Londres, que al mismo tiempo era el principal receptor de sus trabajos. Usaban telas de lino e hilos de algodón, tergal o batista, así como los instrumentos básicos de costura: hilos, agujas, dedal y tijeras.
La peculiaridad de estos trabajos radica en el empleo de bastidores de tela para mantenerla tensa y trabajar de forma más sencilla. Hoy, la tradición del calado se fomenta a través de Talleres de Empleo y Casas de Oficio que impulsa Artenerife.
Artesanía de Fuerteventura
En la isla majorera destaca la artesanía de madera para la elaboración de muebles y elementos de ajuar doméstico e instrumentos musicales como el timple, el violín, la guitarra o la bandurria. Los artesanos de Fuerteventura utilizaban madera de pino canario, cedro, eucalipto, nogal y castañero, normalmente exportados de Gran Canaria.
La carpintería artesanal adquirió gran protagonismo, sobre todo, en el municipio de Antigua, donde se hacían bancos, aperos del campo o incluso, féretros. También, fue muy importante la carpintería de ribera, destinada a la construcción de pequeñas embarcaciones no superiores a los 10 metros de eslora.
Artesanía de La Palma
La seda es la joya de la artesanía palmera. Se introdujo en la isla en el siglo XVI, con el objetivo de confeccionar prendas tradicionales como fajas, corpiños, faldas o manteles a partir del hilo de estos gusanos.
El sericultor cría y selecciona los capullos, después los hierve y finalmente, extrae el hilo de la seda para llevarlo a un torno contiguo, donde se forma la madeja que posteriormente podrá utilizarse para tejer. En la actualidad, esta actividad solo se conserva en el Taller de Las Hilanderas en El Paso.
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