5 lugares con historias terroríficas en Tenerife que no te atreverás a visitar
Tic, tac, tic, tac… Comienza la cuenta atrás para Halloween, la Noche de los Muertos o en Canarias, el Día de Finados. ¿Ya tienes plan para pasar un poco de terror?
Tenerife, además de ser una isla maravillosa, con playas idílicas, acantilados de vértigo y una naturaleza imponente, es un lugar repleto de historias tenebrosas. Aquí descubrirás cinco sitios de la geografía tinerfeña que debes visitar para vivir aventuras terroríficas. Enclaves de auténticas historias de miedo que no sé si te atreverás a experimentar.
Encuentro con la ‘niña de las peras’, en el Barranco de Badajoz
El Barranco de Badajoz, situado en Güímar, al sureste de Tenerife, siempre ha sido un punto de investigación activo por los rumores que relacionan a ese lugar con apariciones de seres misteriosos. Seres a los que conocen como ‘los entes de blanco’.
Nos remontamos al verano de 1910, cuando una niña que vivía en el valle güimarense, fue a recoger peras a la ladera del barranco para servirlas de postre en el almuerzo. Mientras estaba realizando las tareas de recolección, se fijó en la presencia de una persona vestida de blanco que le pidió que la acompañara.
La pequeña, muy inocente, siguió sus pasos hasta adentrarse en una antigua cueva guanche. Para su sorpresa, el lugar estaba repleto de árboles frutales.
Cuando la niña recogió la fruta que necesitaba, emprendió el camino de regreso a casa. Una sensación de sofoco la inundaba. Salió, por fin, de la ladera. Pero… todo estaba cambiado. De repente ese valle era un pueblo moderno, con coches futuristas, carreteras con formas inverosímiles. El lugar en el que había nacido estaba transformado. Y no solo eso, su familia había envejecido, mientras ella seguía teniendo el mismo aspecto.
La niña solo se había ausentado una hora de su casa, pero la realidad es que sus familiares llevaban años intentando encontrarla. ¿Cómo era posible?
La leyenda afirma que fueron los entes de blanco los que la llevaron al futuro a través de la cueva de Badajoz. Y es que, son muchos los que aseguran haber visto o sentido esas presencias extrañas en los rincones de este lugar. ¿Te dejarías guiar por ellos para hacer un viaje en el tiempo?
El Bailadero de las brujas de Anaga
Cuenta la leyenda que el Bailadero de Anaga, situado entre Taganana y San Andrés, era el lugar de encuentro de las brujas para preparar sus aquelarres brujeriles.
Se reunían en el interior del monte en torno a una hoguera y recitaban sus cantos paganos, mientras bailaban alrededor del fuego junto a su séquito. El último paso de su misterioso rito consistía en quitarse las túnicas y abrigos negros para bajar desnudas hasta la orilla del mar. Era su forma de culminar la ceremonia.
A propósito de lo anterior, el cronista Domingo García Barbusano recoge en su libro La Brujería en Canarias lo siguiente: “Desde El Bailadero deambulaban, los días de aquelarre, a partir de las doce de la noche, hora en que acababan estas reuniones, un numeroso gentío: las brujas, compuestas con negros ropajes y abrigados sobretodos, sus amigas y esas otras personas que deseaban iniciarse en la práctica de la brujería; todos formando una compacta muchedumbre que, por la enriscada cumbre, bajaban lentamente para ver si encontraban algún caminante al que maleficiar”.
También, se escuchan historias que apuntan a que estas brujas se convirtieron en vampiros. Los más creativos dicen que chupaban la sangre a los recién nacidos, mientras estaban durmiendo en sus cunas.
En cualquier caso, pasear por el Macizo de Anaga en plena noche de Halloween parece una buena idea para conectar con la naturaleza y descubrir su lado más siniestro.
El Hospital del Tórax y el misterio de la habitación 29
El Hospital del Tórax de Tenerife, situado en el barrio de Ofra, fue inaugurado en 1944 para combatir la tuberculosis. Su presencia daba miedo a los isleños, que temían acercarse al inmueble y contagiarse de esta enfermedad en pleno crecimiento.
Las historias apuntan a que en el Área de Cuidados Paliativos del Hospital, concretamente en la habitación 29, los pacientes presenciaban la figura de una persona con sombrero. Solía aparecer por la noche y los distintos testimonios vinculaban su apariencia a una de las monjas mercenarias que trabajaban en el centro sanitario, conocido como el Sanatorio de Enfermería Tuberculoso de Ofra.
Fueron tantos los testimonios acerca de este tema, que los periodistas canarios, Alfonso Ferrer y Alfredo Moreno, dedicaron tres años de investigación en su libro Los Fantasmas de La Candelaria. En él relatan testimonios de extrañas apariciones y situaciones inverosímiles.
La Casa Lercaro, en La Laguna
Esta historia se remonta al siglo XVI. La que hoy es una de las sedes del Museo de Historia y Antropología (MHA) de Tenerife, años atrás era la vivienda de la familia Lercaro.
Como era costumbre en la época, las mujeres debían contraer matrimonio a una edad temprana y con un hombre con recursos económicos y reputación intachable. El noble Antonio Lercaro y padre de Catalina, obligó a la muchacha a casarse con un señor mayor. La joven, ante la imposibilidad de cambiar su destino, se suicidó arrojándose a un pozo de la parte trasera de su casa, el mismo día de su boda.
La leyenda cuenta que Catalina está enterrada en una de los patios de la casa y que, por la noche, manifiesta su presencia deambulando por los pasillos de la antigua mansión.
Lo más curioso es que después del suceso, la familia decide trasladarse al Valle de La Orotava. Algunos dicen que para huir de la vergüenza, otros afirman que para deshacerse del dolor. Pero… ¿y si lo que les hizo mudarse fue la presencia de Catalina pidiendo venganza?
La Hoya de La Matanza
En el municipio de San Juan de la Rambla, concretamente en el parque recreativo de la Tahona, existía una zona conocida por los campesinos como “lugar pesado”.
La historia cuenta que las personas que paseaban solas por ese punto de la isla, empezaban a experimentar una sensación de desorientación y quedaban atrapadas entre dos mundos. Una escena cargada de misterio y que señala a las brujas como responsables del encantamiento, ya que en este ecosistema natural se han escuchado apariciones o persecuciones de hombres a caballo o soldados espectrales.
Y es que cabe destacar, que este monte norteño fue espectador de la lucha entre los guanches y las tropas castellanas, una guerra que se llevó muchas vidas por delante. Las mismas que quieren manifestarse para llamar la atención de sus visitantes.
Lo que está claro es que Tenerife es una isla con misterio y con una gran variedad de casos paranormales, muchos de los cuales se han intentado explicar a través de investigaciones. Halloween parece ser una fecha perfecta para vivir en primera persona estas aventuras y descubrir si se tratan de leyendas, o por el contrario, tienen mucho de verdad.
Deja un comentario